Hay cosas que no cambian: será cuestión de Largura

Desde hace dos semanas, me siento engañado. Más bien, decepcionado.

Hay cosas que no cambian.

Soy siempre el que está ahí, al pié del cañón: el que oye cuando alguien necesita ser escuchado, el que ayuda la mayoría de las veces si está en su mano; con el primero que cuentan cuando hay que pringar, valor de colaboración tenido en cuenta solo cuando sacamos partido de eso.

Hay cosas que no cambian.

Me siento igual que hace 10 años: me vuelven a dar de lado en lo bueno. Antes por ver El Conciertazo, ahora por no beber hasta reventarme el hígado...

Me gusta estar con mi gente, me siento a gusto con lo que me rodea: me llego a sentir aceptado dentro de todo aquello con lo que no coincido con los demás, comparten bromas y secretos y me siento querido a tiempo completo... hasta que te vuelven a recordar que, por no seguir la tendencia convertida en norma social, no se sienten a gusto conmigo.

Por estar con mi gente y por no despreciar una invitación, suelo ir a donde me digan cuando algo está medianamente cerrado y estoy mentalizado de lo que me puedo encontrar en cada sitio.

Para todos aquellos que me leen y saben por qué estoy escribiendo esto:
Sí, sé que puedo ir a los mismo sitios que los demás, que un techado de uralita puede ser para muchos el mejor restaurant y el mayor bar de copas existente al mejor precio con vistas al Guadalquivir y que, con la gran mayoría, estaría entretenido y me encontraría bien...

Pero no voy, y no por otra cosa, si no porque no me gusta ver a la gente perdiendo los papeles rebozadas en albero.
No voy porque no me gusta ver como la gente se degrada hasta límites (in)sospechados con una botella en la mano.
No voy porque me llego a llevar decepciones de aquellos a los que quiero.
Y no voy, quizás, por miedo a que alguien que haya perdido los papeles me digan o hagan, en un estado de enajenación completa, algo que doliera tanto que pudiera volver a mirarle a la cara.

No bebo porque, lo primero, no siento necesidad y, segundo, porque me gusta saber que es lo que hago en todo momento; lo que suelo resumir en mi frase Fijate tu si digo tonterias sobrio, como podriá ser si bebiera.

Yo voy a una fiesta y me lo paso bien, aunque muchos no lo crean, y dentro de lo que cabe me divierto aunque se den estas cosas; pero no me gusta que sea una rutina al aire libre.

Pero hay algo que siempre me sigue y que no me puedo quitar de encima desde esos 10 años, llamalo complejo si quieres: siento que, cada vez que me doy la vuelta delante de ciertas personas, se rien de mi.
Esas personas de mi edad o más pequeños (al 80%), que suelen ser las que quieren que colabores para su propio beneficio, para más tarde, girarse con el grupillo y reirse por cuestiones peregrinas que a mi, personalmente, me traen al pairo.

Con los que has llegado a trabajar hasta dentro de su propia casa codo con codo para un mismo fin, te rechazan por ser alguien que prefiere ahora estar aquí escribiendo un post en su blog propio a estar entre 800 personas a media luz dando botes entre una música que me sigue costando entender en algunas ocasiones y sintiendome inseguro por las risas ajenas que no responden a una gracia hecha a consciencia.

No guardo rencor a nadie de los mios con los que he llegado a compartir meses de mi vida, y esto no lo hago para recriminar nada, si no para que más de uno me entienda en algunas ocasiones y para que sepa que entiendo casi todas las decisiones... pero no me gusta que se me oculten las cosas. Prefiero que me expliques por qué no me das el mismo trato que a los demás para que, así, lo entienda a la primera y no me monte historias y películas que lo único que pueden hacer es enfriar la relación entre mi y alguien a quien yo considero amigo. Espero que los de siempre sigamos en un futuro.

Pero, la pregunta ahora es: ¿Soy de los de siempre?

Los que no me conocen pensarán que por qué he vuelto a escribir sobre mi vida:
Necesitaba desahogarme para mantener mi estabilidad XD.

Creo que las cosas cambiarían quizás si fuera quien soy pero petado y dentro de un cuerpo de dos metros...

Será cuestión de Largura...