Felipe Y Letizia (de Bel Air)

Volvemos a la carga agradeciendo la buena acogida de la crítica del Informe Cultural dedicado a Don Juan Tenorio (Próximamente). Esa aceptación también ha llevado a que más de uno y de dos me pregunte por la tvmovie recién emitida por Telecinco: Felipe y Letizia.

Para resumir mi exposición, porque creo que más tiempo no merece por ahora (quizás en unos días reflexione más, porque puede darse la situación de que mi ignorancia como estudiante de periodismo sea tan atrevida que esto sea una equivocación), he realizado un pequeño video en el que exponer mi teoría.

El guión de esta pelicula para televisión nos ha dejado hilarantes momentos, no solo porque ellos quisieran hacerlo cómicos, sino que algunos daban risa e, incluso, penita y vergüenza ajena.

Pero esto quizás sea debido a que el guión no fue creado para una tvmovie, sino para una sitcom. Si, para una comedia de situación.

Simplemente hemos cogido una escena de la pelicula (del segundo capítulo, para ser exactos la presentación en sociedad del compromiso matrimonial en el Palacio del Pardo) y le hemos retirado en la medida de lo posible la banda sonora, dejando sólo los diálogos. Y, para completar ese vacío, lo hemos cubierto con esas risas enlatadas y otros sonidos tan típicos del genero al que podría estar destinada la serie en un primer momento.

Les dejo ahora con Felipe y Letizia... de Bel Air.



Informe Cultural: "Don Juan Tenorio (Próximamente)"

El Estudio de Teatro Edeteatro de Sevilla acaba de estrenar su último montaje: Don Juan Tenorio (Próximamente), una revisión de la puesta en escena del clásico de Zorrilla. La idea corre a cargo, tanto en creación/adaptación como en dirección, de José Luis Losa y Fernando Fabiani; antiguos componentes de la Escuela de Teatro del Colegio San José de los Padres Blancos durante la etapa del Padre Isaac García, que también forma parte de Edeteatro.


Siendo sinceros, llegué a la taquilla pensando que iba a ser un Tenorio en broma, de esos que se estilaban hace unas décadas y que tan buena crítica
obtuvo el de Agustín Embuena.
El punto de partida se prestaba a ello: el público asiste a lo que sería a uno de los ensayos generales de la obra a una semana del supuesto estreno, debido a un compromiso de la compañía con los patrocinadores. Actores a medio vestir, técnicos montando, director continuamente a la vista siguiendo el texto y regidores de sala se encargan de introducir al público en la dinámica de la obra, que poco o nada se diferencia de lo que puede ser un día a día de cualquier agrupación amateur; transmitiendo tanto los roces como los cariños que se pueden crear en la convivencia de una compañía por sacar la obra adelante o por la vida y circunstancias de los integrantes más allá de la sala de ensayos.

Grata fue mi sorpresa cuando, poco a poco, el Tenorio clásico fue tomando cuerpo; teniendo cada vez más peso el guión de Zorilla que los pasajes creados para la ocasión. Es de agradecer que el verso fuera interpretado, que no declamado, que es a lo que se suele tender en estos casos y que facilita la tarea al menos iniciado. Original planteamiento de la escenografía y de los decorados.

Tras muchos años oyendo hablar de él, he visto en escena a Fabiani. Nunca había tenido la oportunidad por diferentes motivos que no vienen al caso; haciendo que me perdiera, por ejemplo, La Cena de los Idiotas. Según fuentes cercanas, lleva años haciendo de Don Juan sobre las tablas. Y más allá de ser buen conocedor del texto, es algo que se le nota en el trabajo previo de su personaje, en la dramaturgia previa a la que pocos echan cuenta. Se centra en emocionar, no en hablar; algo de lo que algunos compañeros que lo arropaban en escena no podían hacer a su nivel; quizás con menor rodaje, pero con igual ilusión. Y qué voz...

Salí de la sala sin poder pronunciar ni una sola palabra durante un minuto, asimilando que había visto sobre el escenario no sólo la obra de Zorrilla, sino representados también momentos que a mí en su día me tocó vivir; situaciones duras en las que hay que tirar pa´lante, hacer de tripas corazón y piña en el grupo, dedicarle ese día la actuación a esa persona y salir a (en mi caso, hacer reír en) escena porque el espectáculo debe continuar.

Por último, destacar el cameo del Padre Isaac, que me volvió a demostrar que es un fuera de serie.

La obra se representa en el teatro del Centro Virgen de los Reyes (frente por frente al Hospital de las Cinco Llagas, actual Parlamento) a las 20:30h todos los sábados y domingos del mes de Noviembre. La venta de localidades a 3€ es una hora antes, pero vayan con tiempo: tan sólo salen 150 entradas y se agotan enseguida. Relación calidad/precio incomparable.

Una única pega: No se dice aquello de...
- ¿La Hostería del Laurel?
- En ella estáis, caballero.
- ¿Está en casa el hostero?
- Estáis hablando con él.

Una generación que se va...

Hoy me he levantado tarde, escuchando los sones de "La muerte no es el final" (la marcha militar con la que se homenajea a los caidos en servicio) y los pitos a Zapatero. Mientras desayunaba viendo cómo desfilaba el carnero de la Legión pasando por delante del palquillo y cómo pasaban todas las banderas de los paises hispanoamericanos a excepción de Venezuela (¿Qué hace Hugo Chavez dando asilo a etarras?), no se me ocurrió otra cosa que levantarme un momento y encender el ordenador para que se fuera cargando para cuando hubiera terminado con la comida más importante del día.

Al rato me enteré de la noticia cultural de la jornada: Ha fallecido Manuel Alexandre.

Y me dió coraje, muchisimo coraje. Era el único que quedaba de aquel trio de grandes que hace algunos años llevaron a escena Tres hombres y un destino: Agustín González, López Vázquez y él.
¡Cuántas películas le habré visto a este señor y cuántas risas podré haber echado con él!
A voz de pronto vienen a mi mente dos frases suyas en dos película completamente diferentes. Por un lado, ese "¡Y un cortijo! ¡Con tOOOros!" que decía en la mítica Atraco a las 3 negociando el reparto del botín. La segunda, haciendo de pregonero y monaguillo en la absurda, y a la vez sublime, Amanece que no es poco, gritándo a pleno pulmón un "¡Se hace saber que Dios es uno y Triiiinooooo!".

He de decir que me quedan por ver sus películas más recientes, entre ellas ¿Y tú quién eres? de Mercero (donde también compartia reparto con López Vázquez), en las que por fin pasaba de ser el secundario de excepción a tener el merecido protagonista que tanto quiso: personajes dramáticos, y no cómicos, con los que alcanzó su gloria por la que ahora se le recuerda.

No me creo que alguien nacido en este país y con una edad cercana a la mía me diga que no le ha visto ninguna película a este señor. Es imposible: admitámoslo, todos hemos echado tardes viendo Cine de Barrio con los abuelos, y en mi caso (exceptuando los días de esas películas creadas para que se lucieran las cupleteras o Joselito) solían ser ratos buenos.

¿Por qué los españoles nos avergonzamos de nuestro cine? ¿Por qué no mimamos a esas películas de 1955 a 1975 igual que a esos clásicos del cine americano? ¿Por qué no reconocemos que nos gusta?

"No, si es que a mi el cine clásico español me parece una bazofia" dicen muchisimas personas llenándose la boca para quedar bien... pero lo cierto es que TVE siempre lidera cuando emite una película de Paco Martínez Soria.

Hace tiempo me dijeron que si Alfredo Landa se hubiera ido a EEUU estaría a la altura de Dustin Hoffman. Yo también lo creo, es un actor sin paragón y siempre que pillo haciendo zapping Cateto a babor la acabo viendo, porque me rio y me llena de ternura a partes iguales.

Si el cine español es una españolada con toros y flamencas; el americano es igual, es una americanada en forma de cabalgata con confeti y sombreritos de canotier.

¡Hagamos justicia a esa generación de actores llevan toda su vida en el medio! Tienen que estar en su sitio Manolo Gómez Bur, Luis Varela, Gracita Morales, Cassen, Sazatornil "Saza", Luis Barbero, Alberto Closas, Amparo Soler Real, Pepe Isbert, Florinda Chico, Jaime Blanch, Alicia Hermida, Valentín Tornos, los hermanos Ozores, Pedro Peña, Lola Herrera... y tantos otros que no digo porque esto sería interminable.

Desde aquí este humilde homenje a todos ellos.