Crisis significa Cambio


Enciende los altavoces y dale al play.

A Soapbox Opera by Supertramp on Grooveshark


Llevaba desde el 31 de Diciembre sin pasarme por aquí para dedicarle tiempo al blog. Sí, ha habido dos Enigmas Urbanos, pero no era lo que realmente sentía necesidad de hacer.

Aquellos que me conocen saben que soy una persona que se suele motivar con cualquier proyecto, cualquier idea que le permite dar salida mi creatividad. Disparatarium es, desde hace años, un banco de pruebas de todas mis ideas que buscan materializarse en la red. A inicios de este curso introduje cambios, que hicieron a la gente volver a querer este blog y me hizo ver la cantidad de personas que disfrutan de mis locuras. Un pequeño baño de ego al entrar todos los meses en las estadísticas del blog y ver cómo iban creciendo a razón de más de 200 visitas al mes.

El mes de Enero, reservado a los estudios, hace que todos los años haya un pequeño parón. No solo en este, sino en la mayoría de blog universitarios llevados por una sola persona. Pero estamos a Marzo, han pasado semanas desde el final de mis compromisos académicos, y creo que  todos aquellos que seguís esta bitácora os merecéis una explicación como bloguero vuestro que soy.

Y la respuesta es simple, se resume en una palabra que creo que todos vamos a aborrecer al paso que vamos: Crisis. No hablo de la crisis que está haciendo que España tenga más recortes que un taller de costura, sino de una pequeña crisis personal. Y con crisis me refiero, de entre todas las connotaciones negativas que se le pueden adherir, al único significado que puede ser positivo: Cambio. Y un cambio en mí, significa reinventar, darle vueltas a todo lo que tengo, analizar y actuar. Por eso todavía no había escrito.

En Twitter creo que ha quedado constancia de este periodo por el que estaba pasando: se ha convertido en ese precipicio desde el que gritar, desahogarse y que cause efecto si alguien lo recibe; al igual que lo era este blog hace años. No voy a engañar: Esta crisis personal viene provocada, en buena parte, por aquello que Lope de Vega describió como algo que sólo los que lo hemos probado sabemos lo que es.
Ha sido, y en buena parte sigue siendo, de esos periodos en los que le encuentras sentido a todas las canciones melancólicas de Ducan Dhu, Los Secretos y Mecano

Todo comienza hace meses, de esas veces en las que los planes personales los haces pensando en dos en lugar de en ti mismo.  Creas ilusiones, aunque siempre prometiste no hacértelas, cuando ves que te responde.

Pero llega el día en el que tú ya no entras, ya sea por H o por B, en los planes de esa persona. Algo cambia en la vida de quien empiezas a necesitar: algo se cruza, algo evoluciona, alguien aparece. Y ese pilar que había ido aguantando parte de tu estatus quo se resquebraja, cayendo al suelo lo que hubieras construido sobre él. Todo se rompe.

Queda sólo patalear, recoger los escombros y ver qué se puede recuperar de una ilusión en ruinas de la que ya no vas a poder disfrutar. Analizar por qué pasa eso, por qué me pasa eso y por qué no le he puesto solución; partiendo de la base de que puedo ser el causante de mis propios males. Quizás, en este caso, hubiera agradecido un aviso amigo que me diera la voz de alarma antes de todo esto; que si por la labor estaba de que esto sucediera, por lo menos avisara.

Dicen que el que avisa no es traidor; y varios me han dicho, en estas semanas, que lo que he sufrido ha sido una traición. A todos les digo que, aunque duela igual, esta situación no la considero una traición; sino algo que no he sabido poder evitar y que, con ella, otros quizás han encontrado su felicidad.

Para encontrar la mía, tengo un problema: pienso demasiado. Por no querer hacerlo mal, por no querer que alguien se sintiera mal en la situación de aceptar o rechazar, y pensar más en otros antes que en mí mismo.

Me propuse encontrar así mi felicidad, y entré en crisis. Ahora pensaré, reflexionaré y haré balance de todo lo que ha pasado. Porque crisis significa Cambio. Y este cambio forzoso lo pienso aprovechar: Reinventar, darle vueltas a todo lo que tengo, analizar y actuar. Como siempre.