Otro año que se va

Se acaba este año. Para los que me seguís en Disparatarium desde hace tiempo, habreis visto que hemos experimentado un bajón cuantitativo en las entradas, de 48 en 2008 a 10 en 2009; si bien creo que ha sido suplido por un aumento cualitativo. Quizás se deba a esa selectividad que tanto miedo me ha dado durante los últimos meses y de la que ahora tanto me alegro de haberme quitado de enmedio.

Me he puesto a revisar esa lista de tontadas que puse el año pasado para rellenar la entrada Un año más y que, en parte, también me propuse un poco como propositos para este año... algunos de ellos por si estaba aburrido. Hagamos balance:

  • Sacar en cuatro exámenes trimestrales una nota igual o superior a Notable 8: Ni idea, ya ni me acuerdo y ni me quiero acordar.
  • Perder kilos: Los perdí durante este verano estando de animador y de voluntario en el Eurobasket... pero me parece que los he vuelto a ganar.
  • Ponerme en forma: Bueno, mejor pasamos al siguiente punto.
  • Echarme novia: Quería decir al siguiente después de este.
  • Aprender inglés y poder mantener una conversación: En el Eurobasket me dí cuenta de que sabía inglés cuando me mandaron meterme en el vestuario de Lituania a decirles que no nos quedaban botellas de agua y que se tenían que administrar las que tenían y cuando estuve hablando con los padres del fisioterapeuta inglés ¡Qué majos eran los señores, oiga, y qué subidón de moral!
  • Ganar un concurso de triples a canasta: Si meto un tiro libre es un milagro...
  • Acostumbrarme al aliño: Parece que poquito a poco voy comiendo ensaladas, pero que vá...
  • Correr una carrera popular: No.
  • ...
  • ¡Vale!Correr 1Km sin ahogarme...: Un kilometro exacto no sé, pero subí escaleras para morirme llevando las estadísticas en el Eurobasket... ¿Hice demasiadas cosas en el Eurobasket, no?
  • Superar el Rosco de Pasapalabra: Casi, dos veces rozando... me superó Manuel Lucía...
  • Ganar jugando al ajedrez: No he jugado mucho este año, la verdad.
  • Hacer pleno en una canción jugando al UltraStar: Nada, otra cosa que no...
  • Cocinar algo que sepa bien y que no consista sólo en meter la comida en el micro-ondas o en la freidora: No he tenido tiempo...
  • Escribir en un periódico: No me he sentado, pero si me lo propongo escribo en cartas para el director.
  • Recitar del tirón y completo el monólogo del Tenorio (No es verdad, Angel de Amor...): El Tenorio no, pero el de Segismundo de La Vida es Sueño lo hice estupendamente.
  • Hacer un Sudoku... y no morir en el intento: ¡Lo hice ayer!
  • Y un largo etc...
Después de ver la lista del año pasado, que a partir del sexto son todo tonterias, me doy cuenta de que ha habido cosas más importantes en mi vida durante estos últimos 365 días. Quizás mi mayor propósito fue el de entrar en la Facultad y lo he conseguido.

Gracias a todos los que me habeis acompañado durante este año y a los que lo habeis hecho moralmente. Un abrazo.
Mariano.

Por favor, descríbame este concepto:

A mí me toca hablar de, quizás, de lo que más me cuesta hablar. Para otras cosas, no, pero para esta soy muy tímido...

Yo tengo que hablaros de, quizás, lo primero que recibimos todos nada más nacer: nos lo da nuestra madre, nuestro padre, nuestros hermanos, nuestros seres queridos... pero no lo conocemos como tal.

Tiene que aparecer un extraño para llamarlo por su nombre, alguien a quien no conoces... pero te atrae. Tea atrae tanto, que lo quieres para tí, lo llegas a hacer tuyo, parte de tí... y si no lo tienes, te hace sentir la persona más desdichada, destrozado...

Pero si la tienes, si tienes la suerte de sentirlo, te sientes el más afortunado del mundo; el rey del mundo como decía en la pelicula... aún siendo algo tan insignificante, es lo más grande...


Paré para pensar que decir, pero no me dejaron continuar. El aula 2.1 rompió en un sonoro aplauso que hasta a mi mismo me sorprendió. Me sentía tan chiquitito hablando, dudando, repitiendo palabras...

Era un ejercicio simple: definir una palabra, un concepto. Eso sí, improvisándolo delante de toda la clase.

Los que me conoceis de antes direis: ¡Pero si estas acostumbrado! ¡Tú haces teatro, haces animación, sabes improvisar y salir del paso! Si, pero cuando hago eso estoy en mi terreno, en mi casa, cuando me sacan del él, soy como un pececito al que le falta el agua. Estaba nervioso, muy nervioso y aún lo estuve más cuando abrí el papelito donde decía lo que tenía que describir, cuatro letras escritas con boli bic azul con letras mayúsculas de palo que se me hicieron un mundo: AMOR.

Me dejaron para el último: yo quería salir el segundo, incluso el tercero... nunca el cuarto. Pensaba que sería como Eurovisión: el último es el más recordado, y como la cague ya tengo el San Benito para los próximos 5 años.
Me planteé el salir el primero en esos momentos de miedos previo, hasta que fue ella quien se decidió a hacerlo. DINERO. Comienza bien, pero se la adivinaron nada más empezar. Los nervios aumentan.
Un poco más y, el segundo y yo, tenemos que echarlas a pares y nones para salir... aunque al final salió él. MÚSICA. Lo hizo muy bien... los nervios aumentan, se les une la sensación de inferioridad.
Ahora quiero salir, quiero ser el tercero... pero ¡Ay! de la paridad, que sale una compañera: FUTURO. También lo hace bien... estoy nervioso y me toca salir.
"¡Que estas acostumbrado a hacer esto, que el sábado actuastes delante de 380 personas, con accidente incluido!" me decía para mi...

Y empecé a hablar. Sabía, por las exposiciones que tuve que hacer el año pasado en literatura y por las animaciones, que rompiendo un poco la barrera que separa al orador del oyente se consigue su atención y su complicidad, si, pero también se puede invadir su espacio y hacer que se moleste.

Pero no fue así. Salió bien. Y aún no me creo que llegar a realizar un acto comunicativo pleno según W. Maxwell.
Nadie, ni yo mismo me lo podía esperar, creía que iba a salir un truño.

Se le nota que hace teatro, tiene ese punto histriónico...eso, unido quizás a una serie de éxitos en el campo ha hecho que lo describa tán bien... o quizás una serie de fracasos.


En lo segundo acertó, Sr. Roldán. Más quisiera que hubiera sido en lo primero...

Cuando terminé, me acordé de la que, quizás, fuera la mejor descripción, a la que yo le hice un montaje hace unos años...

Romper a reír

Algo le incoe, le molesta por dentro. Un dolor extraño le presiona en el pecho. Compungido, deja escapar un leve sonido un tanto amargo que suele ir acompañado de hipidos, que se acentúan al hablar. Frases que, por cierto, no llegan a finalizar del todo bien, volviendo a ese lastimero sonido anterior a todo volumen. Unas lágrimas recorren sus mejillas y van a dar a un pañuelo, a nuestra mano, a la manga del chaleco o al hombro de alguien querido.

Seguro que usted ha tenido esa sensación. Por múltiples motivos: lo mismo por un fracaso laboral, que por un accidente, un abandono sentimental, una despedida o por el inesperado fallecimiento de un allegado. Se siente desgraciado; y busca en esos momentos apoyo moral consolándose incluso en la idea de que su desdicha es compartida y hay quien pasa por eso e incluso males mayores. Le desborda.

Para el desahogo del Ser Humano, la única válvula de escape en ese momento es el plañido: romper a llorar.

Después de muchas horas haciéndolo, completamente tenso, te quedas con todos los músculos relajados; el cuerpo en relax y la pena por dentro, la misma que al inicio pero algo más débil.
Cenas poco ( o mucho, para intentar llenar esa sensación de vacío interior), una ducha, un ibuprofeno y a la cama que mañana será otro día.

Todo el mundo ve esta reacción como algo normal, habitual, de nuestro día a día: hay que vivir con ello, que le vamos a hacer.

Pero: ¿Se han parado a pensar qué hacer cuando la felicidad es plena? Si, cuando es tan grande como el dolor que describía al principio y que sólo podemos expresar llorando...

Hoy lo he descubierto al fin. Y, aún a riesgo de parecer un loco a ojos de todos aquellos que no lo entienden, me he dado cuenta de que es de las mejores situaciones en las que uno puede vivir, de aquellas que nunca se olvidan. Hoy, por segunda vez (que yo recuerde) he roto a reír.

Si, romper a reír.

Seguramente, en este momento, se empezarán buscar uno de sus momentos más felices para analizarse. Y puede que no coincidan conmigo: darán golpes al aire para celebrarlo,se froten las manos o botes de alegría, y si la cosa tiene presupuesto, hasta descorchen una botella de cava tras agitarla y lancen su contenido al aire.

Quizás no me refiera con momento de felicidad al mismo que usted: no estoy hablando de la celebración de un gol que le da la clasificación a su equipo, que le toque la primitiva o que le hagan un regalo. Me refiero a la felicidad generada tras la realización de un trabajo bien hecho después de semanas e incluso meses de tensión, preparativos y faltas de tiempo.

Hoy he sido feliz. En mitad de una actuación, bailando durante un momento musical, vi a mis padres entre el público y rompí a reír: una carcajada interior que no sonó, pero que se materializó en una gigantesca sonrisa y en una naturalidad extraña en mi intervención, incluso para mi.

Era feliz, eran ellos felices y les notaba desde veinte metros de distancia que estaban tan contentos como los 250 niños que me estaban mirando. No era sólo el orgullo de ver a su hijo, era felicidad y disfrute, volvían a ser niños y cantaban las mismas canciones que el resto del respetable que no superaba el metro de altura.

Cuando terminé, lo único que quería hacer era darles un abrazo a ellos, para compartir mi alegría, que me desbordaba. Tal es así, que el lunar que llevaba en mi maquillaje se lo llevó tatuado mi madre en su mejilla.

Mañana lo volveré a hacer e intuyo que volveré a tener otro momento igual de bueno.

Hace una semana me dí cuenta de por qué me gustaba tanto el mundillo en el que me muevo, por qué me gusta hacer teatro o animación. Volví a mis orígenes. Esta semana tiré de la cuerda, y me acordé de que, de pequeño, una de mis mayores ilusiones era ser jefe de pista de un circo o, si acaso, mago. Era fan de Los Payasos de la Tele y, todavía hoy, recuerdo diálogos completos de Había una vez un circo.
Quizás esa ilusión de niño volvió a resurgir y fue lo que me hizo que rompiera a reír. No lo sé.

Sólo sé que, después de reír, sentí lo mismo que cuando terminé de llorar hace unos meses y que ahora entiendo por qué un profesor mío, Don Pablo, me dijo hace ahora dos años en una víspera de puente saltada por mis compañeros que, para él, su mayor placer era despertar de un sueño riéndose... ahora lo llego a comprender.

Sé que esto es el colmo, y aunque pueda parecer irónico, termino esto rompiendo levemente a llorar de la emoción de abrir mi corazón para compartir uno de mis mejores momentos. Sería egoísta guardármelo para mí sólo.


3 años... y algunos días...

Me estoy empezando a dar cuenta de que la vida en la Facultad es realmente absorvente y que, aunque no quieras, conoces una nueva dinámica paralela a la que llevabas antes. Tal es, que seguía pensando que en diciembre haría 3 años de mi blog... cuando realmente es el día 1 de Noviembre.

Esta celebración viene acompañada de un cambio en el logotipo, si bien mantenemos la D de la fuente Laundromat, ahora el resto del nombre y la imagen del feed está con la Battle Station. Hay gente que, si le gusta, se raya y se pone a buscarla... vamos a ponerselo fácil...

Momento de hacer balance. Dicen que el fenómeno blog ha cambiado la comunicación, que ya no existen los medios de masas como antiguamente y que la opinión se ha desfragmentado al poder crearla cualquiera a través de las nuevas tecnologías. Me empiezo a dar cuenta de que es así.

En este último año, un artículo como Cuestión de largura creó multitud de opiniones e interpretaciones que, a día de hoy, me siguen sorprendiendo: lo cierto es que, mi desilusión por no haber ido a un determinado acontecimiento hizo que muchos creyeran que me había peleado con gente más alta que yo o que estaba hasta los santisimos del botellón. Me alegré muchisimo de saber que la gente lo leía y que apreciaban mi opinión acerca de beber en sitios concretos (como pueden ser, en la zona de Sevilla, Texaos o Lipa) y que los que tenían una relación distante conmigo se quedaran con esa crítica, cosa que en parte pretendía para enmascarar mi desilusión que los más cercanos si apreciaron.

Ahora, me disgusta someramente pensar que algunas personas, que me dan la sensación de que leen de higos a brevas las entradas de esta web y simplemente cuando les interesa, pudieran usar un articulo como Cuestión de largura como arma arrojadiza o ver en mi entorno fantasmas donde no los hay.
Y hasta aquí quiero leer, porque poder, podría seguir leyendo.

Daros las gracias a todos los que leeis esto de forma asidua y que, aunque no comentais (que, ciertamente, sería un detalle), se que estais ahí desde que esta locura comenzó.

Un abrazo fortisimo:
Mariano.

¡Oh Capitán!, ¡mi Capitán!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro//
//espantoso viaje ha terminado,

la nave ha salvado todos los escollos,
hemos ganado el premio que anhelábamos,
el puerto está cerca, oigo las campanas,//
//el pueblo entero regocijado,

mientras sus ojos siguen firme la quilla,//
// la audaz y soberbia nave.

Mas, ¡oh corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
¡oh rojas gotas que caen,
allí donde mi capitán yace, frío y muerto!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, //
//levántate y escucha las campanas,

levántate, por ti se ha izado la bandera, //
//por ti vibra el clarín,

para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
para ti multitudes en las playas,
por ti clama la muchedumbre, //
//a ti se vuelven los rostros ansiosos:

¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
derribado, frío y muerto.

Mi capitán no contesta,//
// sus labios están pálidos y no se mueven,

mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha anclado,//
// su viaje ha concluido,

de vuelta de su espantoso viaje, //
//la victoriosa nave entra en el puerto.

¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
Mas yo, con tristes pasos,
recorro el puente donde mi capitán yace,
frío y muerto.

Walt Whitman


¡TIERRA A LA VISTA!

Las cosas están así: Emilio Calatayud

Hoy he tenido la oportunidad de escuchar a un maestro, alguien de quien aprehender y empaparse hasta la médula: el Juez de Menores del Juzgado Nº1 de Granada, Emilio Calatayud.

A parte de creer que es uno de los mejores y una suerte de tenerlo entre nosotros, creo que es un gurú del stand-up comedy: una hora de intervención que no se te hace pesada, manejando los tiempos como quiere y atrayendo la atención de todo el auditorio.

Creo que en esta ocasión no debo de escribir más, si no remitirme a su propia persona y, si no puede ser en vivo, bien vale una cita a YouTube...



Si no teneis tiempo, ved por favor a partir del minuto 4:00.

Quizás los sueños...

...también se hacen realidad.

Llevo meses sin pasarme por aquí; y ahora que tengo un rato para poder sentarme y escribir, lo hago para deciros que me siento afortunado, dichoso y pleno de alegría. Soy, oficialmente, proyecto de Periodista.

Estoy ilusionado, con ganas de llegar a un sitio nuevo y conocer a gente, e incluso de reencontrarme con viejos amigos que han vuelto a dar señales de vida cuando se han enterado de que voy a ser compañero de su misma carrera.

Estoy ilusionado, si, pero con algo de pena. Abandono mi segunda casa, aquella en la que he pasado tantas horas como en la mía propia. Lugar donde he crecido tanto física como personalmente. Sitio en el que he pasado, en siete años, de la indiferencia y vacío de los que me acompañaban a ser querido por todos y saludar cada minuto a alguien por el pasillo. Quizás referente de más de uno y admirado por mis locuras.

Os debo tanto a tantos... Decía la Hna. Florencia, una de las directoras ya jubiladas, que le mandaba un beso, porque con un abrazo no podría abarcarle... es tán grande mi segunda casa, son tan grandes los que la habitan...

Hay a quienes nos mueve el fuego, y caminamos con Antorchas por la vida; también a los que un Teatro nos es indispensable; los que sabemos que Europa es nuestra y a quienes ayudar en la Fundación no nos supone ningún problema. Por orden de antiguedad, todos me aportais y lo digo en presente, me aportais, porque como llevo diciendo desde hace más de medio año:

Yo no me voy de aquí, sólo dejo de estudiar...

Gracias por todo.

Cortafuego de sueños

¿Has sentido, alguna vez, que todo el mundo que tienes a tu alrededor se viene abajo?

¿Has sentido, alguna vez, que tu Torre de Marfil se cae y se rompe en mil pedazos?

¿Has sentido, alguna vez, que se acaban los sueños para encontrarte de golpe con la realidad?

Yo de vez en cuando, pero no quizás como me puede suceder dentro de dos semanas escasas.

Llevo 14 años estudiando, formándome, recibiendo educación para intentar llegar a ser lo que me proponga en la vida. Quiero ser periodista.

Ahora, después de dedicar el 80% del tiempo que he vivido a prepararme, me enfrento a la prueba final; un auténtico cortafuego de sueños: la Selectividad.

La Selectividad es ese examen en el que, a una sola carta y después de todos los esfuerzos hechos hasta el último momentos, te juegas tu futuro. Y te lo juegas, no por suspender, si no por aprobar y no llegar... todo por que hay menos plazas que sueños.

En parte me siento afortunado: mi media, por ahora, me da para llegar a la Facultad; pero no me quiero imaginar que frustración puede sentir aquellos que toda su vida sueñan con ser médicos y encontrar una mesa en la que escuchar a los ponentes.

El tema de la carrera de medicina es algo que me asquea: hay pocas plazas, mucha nota que sacar para entrar y, sin embargo faltan médicos en los hospitales... Y no lo digo por decir( que es lo habitual cuando te quejas de la Sanidad Pública) si no por que lo han confirmado las autoridades, que tienen que traer a médicos extranjeros para que cubran las plazas.

¿Y que le dices a aquél que, tan sólo por dos décimas, no llega al corte?
¿Aquel alumno que se saca sus estudios con becas especiales por que su familia no le puede costear sus estudios y no se puede permitir una privada?

La gente cambia, cambian sus motivaciones. Hablando con profesores universitarios, muchos coinciden en que un alumno torna en otro cuando estudia lo que a él le gusta: pupilos raspaditos son de notable en la carrera. ¿No sería mejor como hacen en ingeniería, que en el primer año se realiza el corte real por el rendimiento de los alumnos?

Y ya que hablo de educación, no voy a perder la oportunidad de comentar que no entiendo por qué unos señores que se dedican sólo a sentarse en un hemiciclo son los que deciden sobre mi educación: licenciados en ciencias políticas son los que han determinado si debo estudiar asignaturas como Tecnología o Conocimiento del Medio, o si mis compañeros que abandonaron los estudios en 4º de ESO deben saber que de 1936 a 1939 España estuvo dividida por un conflicto que, todavía hoy, me da vergüenza...

Me recuerda a la novela de George Orwell, 1984: Si no se estudia, no existe; si no se piensa en ello, nunca ha sucedido... algo parecido a lo que hace unos días en China con el 20 aniversario de la revuelta estudiantil en la Plaza de Tiananmen.

A partir del día 16 a las 9:00h seré un número, un código de barras respondiendo a unas preguntas con letra complicada de leer. En algo así no se cuenta la actitud, no se ve si el alumno ha estado en una situación complicada o si es un trepa que sólo se dedica a escalar puestos a codazos, pisoteando las cabezas de sus compañeros.

Da igual, de nada sirve quejarme por que nada va a cambiar por mi ni por la gente de mi generación vacía.

Quiero ser periodista.

Me voy a estudiar.

Cuestión de Largura: La repercusión

Pufff, tres semanas sin pasarme por aquí... se me habrán quitado las ganas después de este mes horribilis por el que estoy pasando. Ojalá cambie con esta Feria.

Me paso por aquí, más que para saludar, para daros las gracias por el apoyo mostrado por todos aquellos que sois lectores habituales del blog sobre la temática tratada en el post Hay cosas que no cambian: será cuestión de Largura.

Opiniones de todo tipo y personas que también se han sentido identificadas me han dado su enhorabuena, hasta de quien menos me podía esperar como lector.

La verdad es que no te llegas a creer que esto lo lee la gente, y quizás pueda ser una terapia para desahogarse de todo: es como gritar al viento todo lo que te gustaría decirle a más de uno (y de una), pero bajito y sin molestar a quien no quiera leerlo.

Hay quien me ha dicho que quizás eso sea lo que me diferencia a mí del resto, que antes de reflexionar se lo gritan a la cara a aquel que les ha hecho daño: ¿Por qué la gente no se da cuenta de que quizás el no invitar, no felicitar o no acompañar a alguien porque esa persona no te lo hizo a tí es ponerse a su altura y quizás no sea lo más conveniente? ¿No será mejor el dejarles en evidencia ante ellos mismos, sin meter a gente de por medio, invitandoles tú y tratándoles lo mejor que puedas, haciendo hasta un esfuerzo por encima de tí? No me gustaría perder una AMISTAD, así con mayusculas, por semejante tontería: quizás sean otros gestos o actitudes los que de verdad deberían marcar ese tipo de posiciones con respecto a otras personas... cosas realmente importantes.

Puede que en este mes de anuncios, esquelas, risas y lloros; en este mes de contrastes (como diría Hermida) haya tenido tiempo para reflexionar más sobre ese sentido... y hay quién no...

Eso me hace mantener que:

Será cuestión de Largura

The Show must go on...



Empty spaces - what are we living for
Abandoned places - I guess we know the score
On and on, does anybody know what we are looking for...
Another hero, another mindless crime
Behind the curtain, in the pantomime
Hold the line, does anybody want to take it anymore

The show must go on,
The show must go on
Inside my heart is breaking
My make-up may be flaking
But my smile still stays on.

Whatever happens, Ill leave it all to chance
Another heartache, another failed romance
On and on, does anybody know what we are living for?
I guess Im learning, I must be warmer now
Ill soon be turning, round the corner now
Outside the dawn is breaking
But inside in the dark Im aching to be free

The show must go on
The show must go on
Inside my heart is breaking
My make-up may be flaking
But my smile still stays on

My soul is painted like the wings of butterflies
Fairytales of yesterday will grow but never die
I can fly - my friends

The show must go on
The show must go on
Ill face it with a grin
Im never giving in
On - with the show -
Ill top the bill, Ill overkill
I have to find the will to carry on
On with the -
On with the show -
The show must go on...

Hay cosas que no cambian: será cuestión de Largura

Desde hace dos semanas, me siento engañado. Más bien, decepcionado.

Hay cosas que no cambian.

Soy siempre el que está ahí, al pié del cañón: el que oye cuando alguien necesita ser escuchado, el que ayuda la mayoría de las veces si está en su mano; con el primero que cuentan cuando hay que pringar, valor de colaboración tenido en cuenta solo cuando sacamos partido de eso.

Hay cosas que no cambian.

Me siento igual que hace 10 años: me vuelven a dar de lado en lo bueno. Antes por ver El Conciertazo, ahora por no beber hasta reventarme el hígado...

Me gusta estar con mi gente, me siento a gusto con lo que me rodea: me llego a sentir aceptado dentro de todo aquello con lo que no coincido con los demás, comparten bromas y secretos y me siento querido a tiempo completo... hasta que te vuelven a recordar que, por no seguir la tendencia convertida en norma social, no se sienten a gusto conmigo.

Por estar con mi gente y por no despreciar una invitación, suelo ir a donde me digan cuando algo está medianamente cerrado y estoy mentalizado de lo que me puedo encontrar en cada sitio.

Para todos aquellos que me leen y saben por qué estoy escribiendo esto:
Sí, sé que puedo ir a los mismo sitios que los demás, que un techado de uralita puede ser para muchos el mejor restaurant y el mayor bar de copas existente al mejor precio con vistas al Guadalquivir y que, con la gran mayoría, estaría entretenido y me encontraría bien...

Pero no voy, y no por otra cosa, si no porque no me gusta ver a la gente perdiendo los papeles rebozadas en albero.
No voy porque no me gusta ver como la gente se degrada hasta límites (in)sospechados con una botella en la mano.
No voy porque me llego a llevar decepciones de aquellos a los que quiero.
Y no voy, quizás, por miedo a que alguien que haya perdido los papeles me digan o hagan, en un estado de enajenación completa, algo que doliera tanto que pudiera volver a mirarle a la cara.

No bebo porque, lo primero, no siento necesidad y, segundo, porque me gusta saber que es lo que hago en todo momento; lo que suelo resumir en mi frase Fijate tu si digo tonterias sobrio, como podriá ser si bebiera.

Yo voy a una fiesta y me lo paso bien, aunque muchos no lo crean, y dentro de lo que cabe me divierto aunque se den estas cosas; pero no me gusta que sea una rutina al aire libre.

Pero hay algo que siempre me sigue y que no me puedo quitar de encima desde esos 10 años, llamalo complejo si quieres: siento que, cada vez que me doy la vuelta delante de ciertas personas, se rien de mi.
Esas personas de mi edad o más pequeños (al 80%), que suelen ser las que quieren que colabores para su propio beneficio, para más tarde, girarse con el grupillo y reirse por cuestiones peregrinas que a mi, personalmente, me traen al pairo.

Con los que has llegado a trabajar hasta dentro de su propia casa codo con codo para un mismo fin, te rechazan por ser alguien que prefiere ahora estar aquí escribiendo un post en su blog propio a estar entre 800 personas a media luz dando botes entre una música que me sigue costando entender en algunas ocasiones y sintiendome inseguro por las risas ajenas que no responden a una gracia hecha a consciencia.

No guardo rencor a nadie de los mios con los que he llegado a compartir meses de mi vida, y esto no lo hago para recriminar nada, si no para que más de uno me entienda en algunas ocasiones y para que sepa que entiendo casi todas las decisiones... pero no me gusta que se me oculten las cosas. Prefiero que me expliques por qué no me das el mismo trato que a los demás para que, así, lo entienda a la primera y no me monte historias y películas que lo único que pueden hacer es enfriar la relación entre mi y alguien a quien yo considero amigo. Espero que los de siempre sigamos en un futuro.

Pero, la pregunta ahora es: ¿Soy de los de siempre?

Los que no me conocen pensarán que por qué he vuelto a escribir sobre mi vida:
Necesitaba desahogarme para mantener mi estabilidad XD.

Creo que las cosas cambiarían quizás si fuera quien soy pero petado y dentro de un cuerpo de dos metros...

Será cuestión de Largura...

La batalla de los Coros

Holaaaa!!!! Tras tres intentonas para intentar terminar este árticulo (es que hasta Julio me queda una rachita...), vuelvo a las andadas. Primer post de este año 2009 y se lo voy a dedicar a los que yo denomino como observatorio de las novedades en la pequeña pantalla.

Por un lado, con los especiales de Navidad de TVE hemos conocido en televisión a la nueva pareja cómica (unque llevaran un año haciendo teatro) de Josema Yuste y Florentino Fernandez. Para mi gusto, muy aceptable y deseoso de que vuelvan con un programa fijo: me recordó muchisimo a El show de Flo, tanto por estética (la parte de atrás identica, los ladrillos y las vigas con luces son iguales que la parte de arriba del plató antiguo) como por los juegos que hacían con la musica: Fernandez interactuando con ella y cantando nuevas letras y acompañados por un grupo de bailarinas que destacan por sus salidas de tono.

También a reseñar que tuvieran como banda a una charanga (se nota que lo producía Gestmusic), cosa que me llamó mucho la atención, ya que de por sí una charanga suele dar juego sola, con un personal como el que conducía el programa podría haber dado más juego aún si cabe, pudiendo colaborar los propios musicos en las escenas en plató, demandando voz y voto propio al estilo de los Tacañones del Un, Dos, Tres...

Para mi gusto, de lo mejor fueron los doblajes, especialidad de Florentino: el funcionario buscando su carta a los reyes y que le ofrecen un contrato para mandarsela a Papá Noel, la familia de mafiosos discutiendo qué villancico poner en Nochebuena, si Feliz Navidad de BoneyM o El Tamborilero de Raphael y la entrevista perdida (De Los Interbiu) a Bruce Lee, doblaje del ya mítico "Be water my friend".



Un pareja que nos puede volver a dar grandisimos momentos de aquí a breves en un nuevo programa semanal que se anunció hace unos meses.

El tiempo pasa y hemos vuelto de la rutina rutinaria de siempre, pero ha llegado un nuevo programa para animarnos las noches de los miercoles: La Batalla de los Coros. Lástima que ya lo hayan quitado...

Presentado por Josep Lobató, el locutor catalán del erótico Ponte a prueba de EuropaFM y animado conductor de Money, money vuelve a la cadena tras sus batacazo con ¡Quiero Bailar! y Circus (una penita que me dió como terminó ese formato... la idea original con famosos era buena, pero hacer el Fama circense les salió rana).

Versión española a nivel nacional de Clash of the choirs, avalada por el relativo éxito de Víva mi coro de Canal Sur con Rafa Cremades y Cristina Peña, aunque si bien no era el mismo formato, mezclaba el americano con la mecánica de Se llama copla, programa al que fue llamado a sustituir.



Clash of the choirs se estrenó en Estados Unidos en Diciembre de 2007. Cinco cantantes famosos vuelven a sus ciudades de origen para formar un coro de 20 personas para participar en una serie de encuentros al mas puro estilo Sister Act! de Whoopy Glodbert, destinando el ganador el premio del choque a una ONG de su localidad.



En nuestra versión, dichos famosos eran Lolita, Marta Sánchez, Manu Tenorio, Soraya y Mikel Erentxun (en orden de eliminación).

Lástima que un cúmulo de errores técnicos y una serie de detalles echaran por tierra el trabajo de los más de 100 cantantes de la primera gala: micros inalámbricos mal ecualizados, sonidos de los comunicadores del equipo que se colaban en el audio de la emisión, reiteración en los videos de los procesos de selección, el suelo del plató en dos colores (normal la zona de las gradas, negro "pista de ¡Mira quién Baila!" para la zona de la palestra para los concursantes) y todos los controles técnicos a la vista del público, encima de las tribunas de los espectadores en plató... dio un poquito de pena, la verdad... Eso sí, el grafísmo me encantó: usaban una de mis fuentes preferidas Anna, y aunque fuera la misma que la de El Rey de la Comedia no me molestó.

Para mi gusto, destacaron los de Sevilla con Manu Tenorio en todas las galas, pero las confianzas que tomaron en la adelantada final les costó un inmerecido tercer puesto, frente a un segundo del de Soraya y la victoria con remontada final del de San Sebastián con Mikel Erentxun.



Todo hay que decirlo, gran personaje el ex Duncan Dhú: dignos de mención los bailecitos que se marcaba en su peana mientras su coro cantaba. Vale, que los demás "directores" tambien bailaban, pero lo suyo era un espectáculo aparte (ver a partir del 1:20 del video anterior).

Coraje que la música fuera enlatada y que no tuvieramos oportunidad de ver versiones vocales como las que se realizaron en la estadunidense:



Me reitero en que es una auténtica lástima que se haya perdido este programa, blanco y familiar, para mi gusto un formato bastante más bonito que Operación Triunfo o Factor X: no era una competición por el éxito personal, si no una pachanga de cantantes para un premio común. Había mejor rollo que en otros talent shows.

Sin duda, me quedo con la primera actuación de Manu Tenorio y el momento de esta en la que se ve tanto al mentor y el coro saltando a la vez cantando Hoy no me puedo levantar, que es con la que os dejo hasta que pueda actualizar de nuevo el blog.



AAAAAaaaaaaadiiooooooossssssssss!!!!!!

** Nota: No se ha notado que lo empecé a escribir la semana en que lo estrenaron y que lo he terminado cuando lo han quitado, ¿no? XD